Los orígenes de Roma

          Eneas, hijo de Anquises y de la diosa Afrodita, fue un héroe troyano. Tras la guerra de Troya y su posterior caída, Afrodita mandó a su hijo huir de la ciudad ya que se le había reservado otro futuro para él. Eneas huyó con su padre, su mujer, Creúsa,  y su hijo Ascanio. Junto a él se unieron otros compañeros troyanos. En su huida, Eneas realizó varias escalas como fueron Cartago, Sicilia, Lucania y, por último, Lautentio. Muchos de sus compañeros, al igual que su mujer, se quedaron por el camino.  

 Lautentio estaba situada en la costa del Lacio, en la península Itálica. Allí remontó el río Álbula, más tarde llamado Tiber, y llegó hasta el poblado Palanteo, situado en lo que tiempo después sería conocido como el Palatino. Esta región era gobernada por Latino, rey de los latinos. Latino tenía una hija llamada Lavinia que contrajo matrimonio con Eneas.

Loba amamantando a los gemelos.

Ascanio, hijo de Eneas y Creúsa, su primera mujer, fue el fundador de Alba Longa. Cuatro siglos más tarde, uno de los reyes de Alba Longa, Numitor, fue destronado por su hermano menor Amulio. Para garantizar su seguridad, Amulio mató a todos los hijos varones de su hermano y obligó a su sobrina, Rea Silvia, a hacerse sacerdotisa. En cambio, el dios Marte la hizo madre de los gemelos Rómulo y Remo. Amulio, enfurecido, ordenó que los niños fueran arrojados a las aguas del río Tíber. Pero la canasta en la que habían sido depositados quedó varada en la orilla y una loba encontró a los hermanos y los amamantó. Más tarde fueron recogidos por el matrimonio de pastores Faústulo y Aca Larentia.

Buscando venganza, Rómulo y Remo volvieron a su ciudad natal para matar a su tío abuelo y reponer en el trono a su abuelo Numitor. Éste, en agradecimiento, les entregó territorios al noroeste del Lacio. Con 18 años decidieron fundar una ciudad justo donde la loba los encontró. Discutiendo sobre el nombre de la ciudad decidieron que lo elegiría aquel que avistase más pájaros, prueba que superó Rómulo y otorgó a la ciudad el nombre de Roma.

Tras una discusión, Rómulo decidió marcar los límites de la futura ciudad y amenazó con matar a todo aquel que los cruzase. Remo decidió cruzar y Rómulo no lo dudó y acabó con su vida. Arrepentido, decidió enterrar a su hermano en la cima del Palatino y emprendió una nueva etapa como único rey de Roma.

Rómulo murió en el año 717 a.C. y fue su concuñado Numa Pompilio quien le sucedió como rey de Roma. 

Si no te ha quedado claro la relación entre Eneas y Rómulo y Remo no dudes en ver la siguiente imagen donde se muestra el parentesco entre ellos y un pequeño documental. 

 

  Y ahora que ya tienes las ideas claras, realiza la siguiente actividad pinchando aquí.

* ¿Sabías qué? *

Según la tradición romana, los hermanos gemelos, Rómulo y Remo (descendientes del héroe troyano Eneas),  fueron los encargados de fundar Roma. Pero la verdad es otra. En el siglo I Roma es la dueña de un amplio reino y, por ello, necesita dignificar su origen. Por ello se elabora este conjunto de relatos que serán condensados en la Eneida de Virgilio.

Dejando atrás, pues, la tradición romana, la Península Itálica estaba habitada por distintos pueblos: los latinos, asentados entre el río Tiber y los montes Albanos; los umbros, al sur del Tíber; los etruscos, al norte del Tíber; los sabinas, samnitas,marsos, volscos, ausones y oscos, localizados al este y sudeste del Tíber…

Los etruscos, con el paso del tiempo, crearon muchos núcleos de población. Estas primeras ciudades fueron creciendo gracias a la creación de puertos marítimos y a la obtención de sus recursos. Sus incursiones y movimientos hacia el sur de la Península Itálica fueron exitosos en su mayoría, frenados tan sólo por los latinos o samnitas.

Por ello, con el fin de proteger de la amenaza etrusca a los núcleos de población situados en el Tíber, siete aldeas de la región del Lacio formaron una confederación que recibió el nombre de Septimontanium. Pero por su valor estratégico y comercial, los etruscos acabaron imponiendo su dominio sobre dichas aldeas originando, así, la auténtica fundación. Por tanto, podemos decir que la fundación de Roma se remonta al año 753 a.C. A partir de esta fecha, la ciudad fue amurallada, se planearon sus calles y se sanearon los valles pantanosos que la rodeaban mediante los canales de desagüe. También unieron las riberas del Tíber con un puente hasta que, finalmente, Roma se transforma en una auténtica ciudad. 

          Para concluir esta entrada mostramos un video sobre la leyenda del origen de Roma, su verdadera creación y como Roma se acaba convirtiendo en un gran Imperio.

Además, si te quedaste con las ganas de saber más, no dudes en leer otra de nuestras entradas llamada: Monarquía, República e Imperio en la Civilización Romana.

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