Las religiones conocidas como de signo mistérico se fueron abriendo paso entre la masa popular del Imperio Romano, desde el siglo III, por vía de las unidades militares. El Cristianismo fue considerado como una religión de misterios. Aunque los autores cristianos tratasen de presentar sus creencias como algo diferente, resulta significativo que designaran bajo el nombre de misterios a sus principales verdades de fe.
La marcha del Cristianismo hasta su triunfo definitivo se presenta como una lucha en un doble frente:
- El mundo judío del cual surgió: en el ámbito general del mundo Mediterráneo y bajo la tolerancia del Estado Romano hacia las distintas creencias, las comunidades judías fueron creando un especial clima de acercamiento hacia la gente.
- El mundo helenístico sobre el que el Cristianismo se expandió: los historiadores de la Iglesia acostumbran a distinguir varias etapas en la propagación del Cristianismo:
- La época apostólica, donde el Cristianismo rompe las barreras nacionales y comienza a buscar nuevos adeptos. Roma comienza a convertirse en la cabeza de la nueva Iglesia.
- La época postapostólica, arrancaría tras la muerte de Juan Evangelista y se prolongaría hasta finales del siglo II. Es esta etapa la Iglesia se consolida tanto en Oriente como en Occidente.
- Los comienzos de la Gran Iglesia. Paralelo a la crisis de la sociedad clásica el Cristianismo experimenta un ascenso. Aunque no siempre sin obstáculos, uno de ellos fueron las llamadas "persecuciones", donde emperadores romanos castigaron de distintas formas a los que se hacían llamar Cristianos; una de las más crueles fue la de Nerón, el cual mandó a quemar varios barrios de la ciudad de Roma (según la leyenda).
- El triunfo del Cristianismo: este vino de la mano del conocido "giro constantiniano". Constantino se convirtió al Cristianismo, otorgándole a esta religión un trato de favor y amplia libertad religiosa. Este emperador concilió políticamente los principios del Cristianismo y de un Paganismo aún fuerte. En el periodo que transcurre después de la muerte de Constantino, el Imperio Romano conoce un intento de restauración pagana: el llevado a cabo por Juliano. Este pretendió mostrar la inferioridad del Cristianismo en función de su bajo nivel intelectual (aunque este iría aumentando poco a poco). Su idea religiosa se adscribía a la de un monoteísmo solar que aceptaba, en principio, a todas las religiones. Falto de principios teológicos y morales y de disciplina eclesiástica, el intento de restauración del paganismo no duró más que la vida de su valedor. Con Teodosio, el último gobernante en la totalidad del Imperio Romano y católico por convicción, se asiste a la consumación de la religión Cristiana, la cual quiso asentar en el Imperio anteriormente Constantino. El Cristianismo se reconoció como religión oficial en el Edicto de Tesalónica (decretado por Teodosio en el 380).
- Sin embargo, no podemos olvidarnos de grupos que estaban en contra de las doctrinas cristianas, los cuales no tenían nada que ver con la religión pagana, éstos se empezaron a notar desde el principio de esta religión y posteriormente harían más "ruido" de la cuenta.
Vídeo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario