
Los siete reyes legendarios que se conocen en la monarquía romana son: Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Tarquinio "el soberbio". Este último rey sería expulsado y junto con él se eliminaría la monarquía como forma política imperante en Roma, para así dar paso a la República.
Con esta forma de poder, era el rey él que detentaba todos los poderes: dirigía el ejército, administraba la justicia y era la suma autoridad religiosa. Y en cuanto al Senado, estaba formado por patricios, los cuales se encargaban de elegir al futuro monarca.

A lo largo de los años de duración de la República, los plebeyos lucharon por conseguir sus derechos:
- Primero obtuvieron el nombramiento de un magistrado propio, el Tribuno de la Plebe.
- Después lograron la compilación escrita de las leyes romanas, la Ley de las doce tablas o Ley de igualdad romana.
- Finalmente, se permitieron los matrimonios mixtos (entre patricios y plebeyos) y el acceso a las magistraturas.
La República expandió su poder sobre las polis griegas. Conquistó las costas de Oriente Próximo, entonces en poder del Imperio seléucida y piratas. Durante la etapa que abarca el final del siglo II a.C. y el siglo I a.C., Roma experimentó grandes cambios políticos, provocados por una crisis consecuencia de un sistema acostumbrado a dirigir sólo a los romanos y no adecuado para controlar a un gran imperio. Tres grandes guerras civiles sacudirían a la República, dando lugar a una nueva etapa de la historia de Roma: el Imperio Romano.