Como
ya habrás estudiado, Grecia, debido a su organización política, concedía mucha
importancia al ciudadano, para el que se crearon edificios públicos cuya
principal función era el disfrute de los habitantes de la ciudad. Como muestra
de un pueblo culto, Grecia dedicó espacios a la literatura y al deporte. Y
dentro de esos espacios destacó el teatro.
El
teatro griego consta de tres partes:
la escena, la orquesta y la cavea o
gradería. Aunque en un principio se construían en materiales perecederos, a partir del siglo IV empezaron a hacerse en piedra. La orquesta (orchestra), cirular, se sitúa en el centro y es el lugar destinado
al coro. Al fondo en la gradería, el pueblo se acomoda en los asientos del
graderío, situado en la falda de una colina. Para acceder a este graderío hay un pasillo, un cinturón central. La actuación se celebra en la escena (skene),
destinada a los actores. En un principio, la función de esta escena sólo servía para guardar las máscaras y los disfraces, para que los actores se pudieran cambiar de vestuario. Fue en la etapa helenística cuando la escena se engrandece, se realiza con materiales como el mármol y se utiliza como fondo de representación teatral.
Uno
de los teatros mejor conservados es el de Epidauro,
erigido por Policleto el Joven alrededor del 350 a. C. En el vídeo que verás a
continuación podrás ver por qué es tan importante:
Pero
como ya hemos visto en otras entradas de este blog, los romanos han heredado
muchas cosas de sus antecesores y ésta no iba a ser una excepción. Los romanos
eran muy aficionados a los espectáculos públicos, que constituían una
importante diversión. Tres son los edificios destinados al ocio que,
seguramente, ya conocerás: el teatro, el anfiteatro y el circo.